domingo, 27 de septiembre de 2015

Roma: Fundación y era monárquica

Etapas de la historia de Roma

  • Monarquía: Desde la fundación de Roma en el año 753 a.c. hasta la rebelión del 509 a.c.
  • República: Desde 509 a.c. hasta la llegada de Octavio Augusto, que concentró el poder en el 27 a.c.
  • Imperio: Desde 27 a.c. hasta la caída de la parte occidental del Imperio Romano en el 476 d.c.


Fundación de Roma

Cuenta la historia, que dos bebés habían sobrevivido al ser amamantados por una loba, luego que fueran dejados por una criada en una canasta flotando en un río. La misma respondía órdenes del rey Amulio, quien era tío de éstos niños y que dispuso la muerte de los mismos porque eran hijos de su hermano, a quien había destronado, y que podrían reclamar el trono en un futuro. El monarca depuesto era Numitor, era descendiente de Eneas, un príncipe troyano que había logrado escapar de la destrucción de la ciudad. Si bien el usurpador Amulio había dispuesto matar a todos sus sobrinos, una sobrina, que había sido obligada a convertirse en sacerdotisa de Vesta, tendría dos gemelos con el dios de la guerra, Marte.

Tras ser rescatados por la loba, una familia de campesinos los crió hasta su adultez, momento en que regresaron a Albalonga y destronaron a Amulio y restituyeron a su abuelo Numitor. En compensación por su reposición, el monarca decidió fundar una ciudad para los gemelos, haciéndolo en el Monte Palatino, lugar donde fueron rescatados por la loba. Durante la fundación, Rómulo decidió trazar los límites de la ciudad y sostuvo que nadie entraría allí con armas, proclama que desafió Remo, encontrando la muerte por parte de su hermano, convirtiéndose en el rey de la nueva ciudad que llevaría el nombre de Roma en su honor.



Con la leyenda de Rómulo y Remo se representa la fundación de Roma, un relato que permite justificar el avance sobre las colonias griegas, en revancha de la guerra perdida por los troyanos. Sin embargo, una causal que podría haber dado lugar a la formación de Roma en el año 753 a.c. se centra el intento de los latinos de Albalonga de crear una defensa contra los estruscos, que se habían expandido hacia el Po, por el norte, y amenazaban con cruzar el Tiber. En tanto que otros relatos, indican que Roma es la confluencia de pastones latinos y sabinos que se instalaron en las colinas a las orillas del Tiber, cuyas aldeas se fusionaron para dar origen a Roma. Lo cierto, es que Roma se convertiría en el epicentro económico y comercial del Mediterráneo que marcará la historia hasta nuestros días.

La ciudad de Roma articularía el crecimiento económico de la península Itálica, un espacio geográfico que está atravesado de norte a sur por los Montes Apeninos y cerrada al norte por los Alpes. Se encuentra entre los martes Tirreno (al oeste), Adriático (al este) y Jónico (al sudeste). Con pocas tierras fértiles y sin ríos extensos, a excepción del Po, en el norte.

A lo largo del territorio e islas que la rodean, se ubicarían diferentes poblaciones con variadas culturas. Desde los ligures al noroeste y los vénetos al nordeste, que se estuvieron asentados desde la etapa ágrafa, así como los galos (de origen Celta) que vivían en la llanura del Po. Desde el siglo VII a.c., los griegos fundaron  colonias al sur de la península y en la isla de Sicilia (Síbaris, Crotona, Agrigento, Siracusa, entre otras). Los fenicios de Cartago hicieron lo propio en Palermo. A su vez, al norte de Italia se ubicaban las ciudades-Estado de los etruscos, pueblo que habrían llegado del Asia Menor y que en alianza con los cartagineses lograron frenar el avance griego sobre el Tirreno y las islas de Córcega y Cerdeña. Se estima que hacia el 1.200 a.c., en el centro y sur de la península se asentaron los pueblos indoeuropeos llamados Itálicos o italiotas, entre los cuales se entraban los latinos y sabinos, así como los umbros, volscos, ecuos y samnitas.

Dominación Etrusca

Durante los siglos VII  y VI a.c., los etruscos lograron conquistar todo el Lacio, incluyendo a Roma, que la transformarían en una Ciudad, incorporándolas a su esquema que previo a VIII a.c. alcanzaban a doce ciudades-Estado, que se autogobernaban por familias aristocráticas o por un rey y coordinaban autoridades en común en épocas de guerra. A pesar de su lucha con los griegos por el control del mar, mantuvieron un fuerte vínculo cultural, como tener una escritura con un alfabeto similar.

Las ciudades etruscas se caracterizaban por tener calles pavimentadas, cloacas y acueductos. Además, sus edificios de piedras se construían con el arco de medio punto, en forma de semicircunferencia, que le permitía sostener pesos y cúpulas que los romanos luego adoptarían. También sanearon pantanos, desarrollaron el comercio terrestre y marítimo, explotaron los bancos de sal del Tíber y cobraban impuestos en los cruces de caminos del Lacio.

La cultura etrusca se conoce a través del descubrimiento de una gran cámara funeraria con alrededor de quinientas mil tumbas, cuyas paredes reflejan representaciones de la vida cotidiana de ese pueblo. Eran reconocidos por su ambiente alegre, con banquetes que eran acompañados por música y juegos de entretenimiento, especialmente peleas y luchas a muerte. Además, se reconoce un papel activo de la mujer etrusca en la vida social y familiar.



Monarquía Romana

Con la fundación de Roma, se ha comienzo a la etapa monárquica de Roma, que se extendería hasta la rebelión del 509 a.c. Durante ese período, el gobierno era desempñado por un rey de carácter electivo y vitalicio. Era el jefe político y religioso, ejerciendo la justicia y la guerra. Los primero cuatro fueron latinos o sabinos (Rómulo, Numa Pompilio, Tulio Hostlio y Anco Marcio), en tanto que los últimos tres fueron etruscos (Tarquino el Antiguo, Servio Tulio y Tarquino el Soberbio) tras la conquista de la ciudad por parte de este pueblo.


El monarca ejercía el poder en forma compartida con otras instituciones: el Senado y los Comicios o Asamblea de las Curias. El Senado era un consejo de Estado, formado por los jefes de clanes, familias relacionadas por la sangre, que elegía a los reyes y asesoraba. Estos patricios ocupaban sus cargos de por vida. En tanto que los Comicios estaban integrados por los varones adultos de las treinta curias (cada curia agrupaba a diez clanes) quienes decidían sobre la paz y la guerra y aprobaban los tratados, con el poder de veto del Senado.





Texto: Ricardo Romero

miércoles, 16 de septiembre de 2015

Grecia Posclásica

La Grecia Helenística y el Imperio de Alejandro Magno

Al norte de Grecia se encontraba Macedonia, con población de origen dorio, estaba formada por campesinos que trabajaban la tierra de los nobles, en un extenso territorio de bosques. Con la explotación de yacimientos de metales preciosos, el reinado de Filipo II estuvo marcado por la prosperidad y el crecimiento, lo que le permitió fortalecer su poder con la compra de flotas y armamento para el ejército.

Desde la capital en Pella, Filipo II comenzó la expansión hacia el este y sudoeste conquistando Tracia y Tesalia. Avanzó al sur y conquistó la península de Calcídica, lo que le facilitó la salida al mar Egeo. Hacia el 338 a.c., Filipo II logró avanzar sobre la Grecia continental, asestando una victoria sobre Tebas y Atenas en la batalla de Queronea. Así, logró imponer su dominio sobre las polis. Posteriormente, Felipo II se avocó a enfrentar al Imperio Persa, empresa que no emprendió porque falleció en el año 336 a.c.



Imperio de Alejandro

El hijo de Filipo II, Alejandro, continuará la obra de su padre. Un joven con fuere formación militar y una formación recibida por prestigiosos filósofos, entre ellos Aristóteles, logrará demostrar la capacidad para dominar las polis y emprender la expansión del Imperio. Por su logro será conocido Alejandro Magno.

Con el primer triunfo en Asia menor, Alejandro Magno comenzaría su campaña contra los persas recuperando en primera instancia las ciudades griegas en posesión del imperio. Luego avanzaría sobre Siria y Palestina, lugar donde derrotó a Darío III, siguiendo su avance hasta la conquista de Persépolis, poniendo fin al Imperio Persa.

Habiendo logrado el dominio sobre Persia, Alejandro Magno continúo su avance sobre Oriente, llegando hasta el valle del río Indo. Intentó la conquista de la India, sin embargo sufrió la rebelión de su ejército que no lo acompañó en la empresa y tuvo que volver a Babilonia donde encontró su muerte de forma dudosa a los 33 años. Tras la muerte de Alejandro Magno, el imperio se fragmentó rápidamente.



Organización del Imperio

La forma de dominación que impuso Alejandro a los nuevos territorios fue la monarquía absoluta¸ respetando la figura de cada región conquistada, por ejemplo se hacía llamar Faraón en Egipto o “Gran Rey” en Persia. Conservaba el sistema de administración pero incorporaba funcionarios griegos y macedonios. Incorporó prácticas de veneración que a muchos griegos molestaba, porque iban contra el reconocimiento de los derechos ciudadanos a los que estaban acostumbrados.

Para propiciar la unión de los pueblos a su mando trasladó la capital del imperio a Babilionia y promovió la emigración de griegos y macedonios hacia los pueblos conquistados, alentando a la unión matrimonial con mujeres de los mismos.

El legado de Alejandro Magno fue haber extendido a Grecia hacia un Imperio dotándolo de un ejército con una eficaz organización, donde se destacaba la falange, una organización de combate de la Infantería organizada en 16 filas por 16 columnas con un total de 256 soldados. Atacaban en forma escalonada con sistema de relevos. La avanzada de la Infantería permitía el movimiento de pinzas de la Caballería, formada por los nobles, que atacaba con soporte de arqueros y honderos. Además tenían catapultas y torres de ataque que les permitía ataques infalibles.

Posteriormente a la muerte de Alejandro Magno, algunos territorios recuperaron su independencia, como el valle del Indo, y en otros se desató la disputa entre los generales del ejército, que luego de varios años de lucha terminaron repartiéndose en reinos helenísticos: Egipto; Siria (del que luego se separaría Pérgamo) y Macedonía (que incluía Grecia).



Expansión de las ciudades

 Durante el Imperio de Alejandro Magno como durante los reinos helenísticos, se extendió la vida urbana sostenida por una expansión de la actividad económica derivada de la explotación minera, los nuevos campos de cultivo y las rutas de interconexión, que facilitaba el traslado y comercio.


Alejandro Magno fundó más de 70 ciudades, de las cuales 16 se llamaban Alejandría. Tenían una gran extensión, con grandes avenidas de comunicación, dotadas de grandes edificios y provistas de mercados, bibliotecas, gimnasios, teatros y templos. Las más importantes fueron Pérgamo y Antioquía en Asia Menor y la Alejandría del Nilo en Egipto, ésta llegó a ser una de las más pobladas de la época, siendo uno de los centros marítimos más importantes, del cual destaca su Faro, que hoy es considerado una de las siete maravillas del mundo antiguo.


Legado Griego

La civilización griega deja un importante acervo educativo a la humanidad. Tuvieron un gran despliegue del Teatro como forma educativa y de la Filosofía como forme reflexiva. A su vez, desarrollaron el arte expresivo en la búsqueda de la belleza ideal. 

Su concepción religiosa politeísta, que atribuía a sus dioses formas antropomórficas, ordenados en forma jerárquica, partiendo por los más importantes: los dioses del Olimpo, encabezados por Zeus, el dios del rayo. En su honor, desde el 776 a.c. cada cuatro años, durante 7 días se celebraran las “Olimpiadas”, una serie de competencias deportivas.






Texto: Ricardo Romero

jueves, 3 de septiembre de 2015

Grecia Clásica

Con el ascenso de comerciantes y artesanos que provocó el impulso de la segunda colonización, también se produjo el empobrecimiento de pequeños artesanos y campesinos que por deudas caían en la esclavitud. Esto impulsó el malestar y la necesidad de repensar las normas en las ciudades. Así surgieron Legisladores que impulsaron cambios, como Licurgo de Esparta, Dracón y Solón de Atenas.

En Atenas, Dracón impulsó un nuevo esquema de derechos, reduciendo las arbitrariedades de las clases privilegiadas. Sin embargo, no superaron los descontentos, lo que llevó a una profunda reforma aplicada por Solón, que prohibió la esclavitud por deudas y limitó los poderes de la nobleza terrateniente. Medidas que no atenuaron los conflictos, lo que provocó el ascenso de lo que llamaron tiranos con cierto apoyo popular, por las medidas que tomaron para favorecer a los sectores desfavorecidos.



Guerras Médicas o Persa-Helénicas

Los enfrentamientos entre Grecia y Persia dio comienzo a la Época Clásica. Las nuevas ciudades –Estado debieron enfrentar a un poderoso imperio en expansión. Las mismas se conocen como las Guerras Médicas.

Hacia el siglo VI a.c., el rey Darío subsumió a las ciudades de origen jónico, ubicadas en las cosas del Asia Menor, convirtiéndolas en satrapías e imponiéndoles tributos. Esto preocupó a las ciudades griegas, que veían el peligroso de caer bajo dominación persa. Cuando las ciudades jónicas, encabezadas por Mileto se rebelaron contra los persas, éstos recibieron el apoyo de Atenas y otras polis. Así, Daría sofocó las revueltas y decidió la invasión de Grecia, dando origen a dos enfrentamientos que marcarán la consolidación helena.

La Primera Guerra Médica  comenzó en 490 a.c. con el desembarco de 200.000 persas que fueron contenidos por ejércitos griegos en diferentes batallas, como la conocida en Maratón, destacándose por la inferioridad numérica. Posteriormente, en 480 a.c. Jerjes (hijo de Darío) avanzó hacia la península obteniendo victorias como en Termópilas, donde derrotaron a los espartanos y logrando avanzar hasta Atenas.

Esta Segunda Guerra Médica, siguió con el rearme de los griegos que vencieron a los Persas en la batalla naval de Salamina. Si bien los Persas intentaron volver al año siguiente con más de 300.000 soldados, fueron vencidos en el año 449 a.c. Así las ciudades griegas formaron la Liga de Delos, coordinada por Atenas, para la defensa militar contra nuevas invasiones.



Esparta

Una de las polis que destacaron durante la época clásica griega fue Esparta. Fundada por los dorios en el siglo X a.c. ocuparon la península del Peloponeso y sometieron a sus pobladores bajo una sociedad militarizada.

Constituyeron una monarquía formada por dos reyes, asesorados por un consejo de ancianos (Gerusía) que dictaba leyes y una Asamblea Popular formada por mayores de 30 años. A su vez, existían cinco magistrados (éforos) que limitaban el poder de reyes y funcionarios.

Su estructura social estaba jerarquizada, donde solo los descendientes dorios eras considerados ciudadanos plenos y se denominaban espatiatas. Tenían tierras y esclavos, y se dedicaban a la política y la guerra.

También estaban  los periecos y ilotas, los primeros eran descendientes de comunidades campesinas que no se resistieron a la invasión doria, en tanto que los segundos sí. Los periecos eran libres pero sin derechos políticos, en tanto que los ilotas carecían de derechos y eran considerados siervos que debían trabajar para los espatiatas.

Los espartanos recibían una rígida formación militar. Tenían una etapa de instrucción, que concluida podían casarse y formar una familia, pero luego debían seguir su formación militar. Las mujeres si bien podían aprender a leer y escribir, sin embargo, solo tenían el rol de procreación, para lo que hacían ejercicios físicos para dar hijos fuertes.



Atenas

La otra ciudad destacada de la época griega era Atenas. Ubicada en la península Ática, fue fundada por los jonios, que al estar a las orillas del mar se orientaron a la actividad comercial. Sin embargo, se convertirá en la cuna de la filosofía, cuando durante el siglo V a.c. se convertiría en el centro de la cultura y el poder militar de Grecia, dando origen a una forma de organización que luego en occidente se conoce como Democracia.

Como la mayoría de las polis  griegas, Atenas estaba gobernada por una monarquía que posteriormente fue cambiando hacia un gobierno aristocrático (de los mejores) constituido por los nobles o eupátridas. El demos (pueblo) no participaba del gobierno, por lo que fue reclamando derechos que lograron hacia finales del siglo VI a.c. Así, Clístenes estableció un tipo de gobierno que dio origen a la Democracia, el “gobierno del pueblo”.

Democracia para pocos

Si bien la idea de Democracia refiere a un gobierno del pueblo, la realidad griega estaba limitada a los ciudadanos, que eran los varones libres, hijos de padre y madre atenienses, lo que representaba 40 mil de los 350 mil habitantes atenienses. La mayoría de los habitantes eran metecos o esclavos. Los primeros eran los provenientes de otras ciudades vecinas, y que eran libres, a diferencia de los otros, que eran prisioneros de guerra e hijos de esclavo. A su vez, las mujeres tanto libres o esclavas no podían participar y estaban bajo tutela de un varón.

Los ciudadanos que podían participar, lo hacían bajo un esquema que propició Clístenes, que dividió a la ciudad en diez tribus que delimitaban un distrito. Allí, podían elegir un estratega y un arconte. Los 10 estrategas dirigían el ejército y la flota, fijaban los impuestos para la guerra y representaban a Atenas ante otras polis. En tanto que los 10 arcontes se ocupaban de la administración y la religión.

Las tribus elegían al Bulé (Consejo de los 500) que estaba formado por 50 representantes de cada una, que se encargaba de preparar las leyes. En tanto que se elegían otros 60 para los 600 miembros del Tribunal de los Heliastas, que se encargaba de cuestiones judiciales. Por último, todos participaban de la Eclesía (Asamblea del Pueblo) que se encargaban de aprobar las leyes. En tanto que el Àgora era la plaza pública, espacio donde se discutían temas de interés por la comunidad.

Las reformas de Clístenes se profundizaron durante el gobierno de Pericles incentivando la participación a través del pago de los cargos. Hasta ese momento era reducido el involucramiento de los ciudadanos al ser honoraria la participación.





Tras las Guerras Médicas, Atenas encabezó la Liga de Delos convirtiéndose en la ciudad más importante del mundo griego. Propiciando el auge arquitectónico y cultural, dando lugar al Siglo de oro de Grecia o el Siglo de Pericles.


Contrapuesto, Esparta formo la Liga del Peloponeso que dio origen a una guerra que las enfrentó en el año 431 a.c. luego de la intervención de Atenas en Corinto, ciudad aliada de los espartanos, que lograron controlarla tres años después. Sin embargo, en 415 a.c. cuando los atenienses intentaron avanzar sobre Siracusa, otra aliada espartana, con la ayuda de los persas, lograron replegar el avance y establecer el dominio de Esparta en la región. Hegemonía que duró hasta el levantamiento de Tebas, provocando el desgaste de los griegos hasta el siglo IV, hasta que el reino de Macedonía, logró tener el control de la mano de Filipo II.



Textos de Ricardo Romero

125 Años del Pelle